179.- POR TI, MI DOS

POR TI, MI DIOS, CANTANDO VOY
LA ALEGRIA DE SER TU TESTIGO, SEÑOR.

Me mandas que canee con toda mi voz,
no sé cómo cantar tu mensaje de amor,
los hombres me preguntan, ¿cuál es tu misión?
Les digo: Testigo soy.

Es fuego tu Palabra que mi boca quemó;
mis labios ya son llamas y ceniza mi voz.
Da miedo proclamarla, pero Tú me dices:
No temas, ¡contigo estoy!

Tu Palabra es una carga que mi espalda dobló.
Es brasa tu mensaje que mi lengua secó.
Déjate quemar si quieres alumbrar,
no temas, contigo estoy.