184.- QUE EL SEÑOR NOS CONSTRUYA UNA CASA

QUE EL SEÑOR NOS CONSTRUYA LA CASA
QUE EL SEÑOR NOS GUARDE IA CIUDAD;
QUE NOS LLENE DE SU RIQUEZA.
QUE NOS GUARDE SIEMPRE DEL MAL.

Si el Señor no construye la casa
en vano se cansan los albañiles.
Si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde;
que comáis el pan de la fatiga,
Dios lo da a sus amigos
mientras duermen.

La herencia del Señor son los hijos,
su salario el fruto del vientre;
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.