21.- ALTISIMO SEÑOR

Altísimo Señor que supiste juntar
aun tiempo en el altar,
ser Cordero y Pastor,
confieso con dolor, qué mal hice en huir
de quien por mi quiso morir.

Cordero celestial, pan nacido en Belén,
si no te como bien
me sucederá mal.
Sois todo piedra imán, que atrae el corazón
de quien os rinde adoración.

Los ángeles al ver tal gloria y majestad,
con profunda humildad
adoran su poder.
Sin ellos merecer la dicha de gozar
de tal sacro y dulce manjar.