Desde lo hondo a Ti grito, Señor:
Señor, escucha mi voz.
Estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
MI ALMA ESPERA EN EL SEÑOR
MI ALMA ESPERA EN TU PALABRA,
MI ALMA AGUARDA AL SEÑOR,
PORQUE EN ÉL ESTÁ LA SALVACIÓN
Si llevas cuenta de los delitos,
Señor, ¿Quién podrá resistir?
Pero de Ti procede el perdón
y así infundes respeto.
Mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Señor.
Como el centinela a la aurora.
Porque el Señor viene, la misericordia
y la redención copiosa.
Y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos.