Hoy nos podemos sentir abatidos, intranquilos, molestos, triste y perseguidos por las situaciones personales, sociales y económicas. El COVID sigue siendo un problema para celebrar la Navidad como lo hacíamos antaño.
Pero nada pudo impedir el nacimiento de Jesús, nada impidió que se le adorara y se festejara aquel gran momento.
Preguntémonos que nos impide vivir la alegría de estos días santos: ¿todos los planes que teníamos y ya no podremos realizar? ¿en esos planes estaba orar y adorar a Jesús hecho hombre?, porque si no es así, algo falla.
Pidamos que está Navidad Dios transforme nuestro corazón y que no haya más ocupaciones que la de dar gracias a Dios por hacerse hombre entre nosotros.
¡ FELIZ NAVIDAD!
Edwin